DEL MALTRATO
Como ya se dijo, especies de Aotus hay muchas. Pero no nos confundamos, de no ser por exámenes genéticos muy especializados, las diferencias entre las once especies de monos nocturnos repartidas desde Panamá hasta Bolivia serían casi imperceptibles. Pero no solamente los une su apariencia, también los hace las amenazas que enfrentan. Naturalmente, la primera tiene que ver con la pérdida y fragmentación de su hábitat. Según Thomas Deffler, para el 2013 quedaban en Colombia aproximadamente 494.000 km² de ecosistemas naturales con sus bosques y selvas más o menos intactos. Y esto solo es la punta del iceberg.
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La cacería de comunidades indígenas también entra en juego cuando va en contra de marcos normativos o si se hace en Parques Nacionales Naturales. La comunidad indígena Uitoto contempla en su dieta especímenes de Aotus; sin embargo, y en contra de lo que se podría imaginar, la relación con la naturaleza de esta comunidad dista mucho de una violación a la región de la Amazonía, la misma a la que recién le fueron otorgados los derechos de un ciudadano por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia.
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De igual modo, el tráfico ilegal y la venta de individuos como mascotas domésticas parece ser un común denominador en la mayoría de los discursos académicos involucrados en el tema. Su aparente docilidad, sus ojos grandes y cuerpo esponjoso hacen de los micos nocturnos un amuleto para aquellos quienes ignoran lo contemplado en la Ley 84 de1989 por la cual se adopta el Estatuto Nacional de Protección de los Animales. Muy acorde a lo postulado en este documento que “establece eliminar en lo posible todas las actividades que generen maltrato o sufrimiento a los animales” surge la necesidad de hablar de un tema espinoso, aquel que ha hecho tachar de villanos a unos u otros a diestra y siniestra. Tal es el caso del uso de Aotus en la experimentación biomédica para la realización de una vacuna sintética contra la malaria en manos de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC). Algunas personas no estuvieron de acuerdo y lo hicieron saber en los tribunales, ¿qué pasó realmente?
EL RECORRIDO
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