Del tráfico ilegal de especies silvestres poco se habla y cuando se hace, las conversaciones no dejan de ser simples remedos de los típicos documentales que muestran animales enjaulados en plazas públicas. Así lo ha comprobado la Doctora Claudia Isabel Brieva en los años que ha cumplido siendo la directora de la Unidad de Rescate y Recuperación de Animales Silvestres de la Universidad Nacional. De hecho, actualmente hay cinco monos nocturnos internados en esta institución, todos llegaron por tráfico y pronto esperan ser liberados.

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Lastimosamente, y tal como lo explica Brieva, la mayoría de primates que ingresan a centros de rehabilitación como URRAS terminan siendo mandados a zoológicos, la mejor opción para aquellos animales cuya inserción pueda ser contraproducente para el equilibrio ecológico. Sin embargo, para los actores involucrados en el tráfico de animales silvestres, el mono nocturno no parece ser la primera opción, “cuando se capturan para venta se hace principalmente de manera accidental”, añade Brieva.

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En cambio, otro tipo de tráfico más común resulta verdaderamente sorprendente y es el que involucra directamente instituciones como la FIDIC, “que si se comprueba que está ingresando una especie que no es de Colombia (A. Nancymaae o A. Nigriceps) se consideraría tráfico internacional, lo cual es muy grave porque se estarían violando el convenio CITES”, explica Brieva añadiendo que “de todos modos, Colombia es de los pocos países que sigue experimentando con animales directamente capturados de vida libre, eso pasaba en los años 70, pero ya pasó de moda”.